6.12.16

Verde agua

Título: Verde agua
Autor: Marisa Madieri
Traducción: Valeria Bergalli
Título original: Verde acqua (1987)
Editorial Minúscula, S.L.
Sexta reimpresión de la primera edición, octubre 2000
203 páginas

Sinopsis

Marisa Madieri nació y pasó sus primeros años en Fiume, entonces al norte de Italia. En 1947 su ciudad pasó a ser Croata (la actual Rijeka), y sus ciudadanos debieron escoger entre la nacionalidad yugoslava o marcharse. Entonces su familia emigró a Trieste y se alojó en el campo de refugiados de Silos, dónde vivieron hasta que Marisa se hizo adulta. Este dietario recuerda y rememora ese periodo de su vida. Cuenta qué pasó y cómo lo vivió, a través de multitud de anotaciones que componen una unidad argumental.

Opinión personal

Verde agua va a convertirse, se ha convertido ya, de hecho, en mi libro de cabecera. Me hubiera gustado poder enmarcar, incluso físicamente, algunos de sus párrafos para obligarme a tener presente muchas de sus profundas reflexiones. Hubiera subrayado y garabateado sus páginas si el libro hubiese sido mío y no de la biblioteca. Así que lo compraré para poder tenerlo sobre la mesilla de noche de forma permanente.
Ha pasado a estar casi el primero en mi lista de imprescindibles, y el único de consulta frecuente. Una de las razones es que dice cosas como esta:

La profundidad del tiempo es una reciente conquista más. En el silencio de la casa, cuando durante la mañana me quedo sola, reencuentro la felicidad de pensar, de recorrer el pasado adelante y atrás, de escuchar el fluir del presente. Es algo que pocas veces me había pasado antes. “ (Pág. 14)

La revisión del tiempo anterior es el tema principal de este dietario, cuyas anotaciones saltan del presente al pasado libremente sin perder la unidad argumental troncal, cosa que permite que se lea como una novela y como un dietario al mismo tiempo. Cuenta el éxodo de los ístrios y la vida como refugiada de Madieri y su familia. A pesar de la dureza de su vida hasta pasada la adolescencia y de las situaciones terribles que afloran en sus recuerdos, Marisa Madieri rememora el tiempo pasado con serenidad y precisión, con dulzura incluso. Narra los hechos sin adornos ni dramas, sin juicios de valor ni políticos, y reflexiona sobre ellos bajo la perspectiva de la madurez, aquí si, con una prosa meticulosa e intencionadamente bella. Se trata de una revisión precisa y profunda de lo ocurrido. La profundidad está en su mirada, que construye conscientemente un relato generoso con la vida y con los seres humanos. Un relato que fluye matizado por la pátina de la experiencia y de su memoria, “emergiendo en pequeños remolinos de un magma indistinto que, durante largos años, se ha ido acumulando en un fondo oscuro y desatendido” (Pág. 15)

Marisa Madieri hace aflorar también el concepto de identidad múltiple que se vive en los lugares de frontera como la ciudad de Fiume en la que nació, con sus elementos culturales dálmatas e italianos a partes iguales. Y lo hace sin rencor a pesar del silencio que tanto Yugoslavia como Italia impusieron sobre las miserias de ese éxodo, para mí desconocido hasta el momento de leer este libro.

Con todo ello construye un relato propio de presente y de futuro. En el posfacio escrito por su marido Claudio Magris éste lo explica perfectamente:

El protagonista de Verde agua es el fluir del tiempo, atendido y transformado en relato; el pasado es integrado en el presente, rescatado del olvido por la eternidad de los instantes en que se manifiesta, pero también transformado , en una superposición cronológica que coincide con el movimiento de la escritura adelante y atrás, en el que el libro se hace solo, en una especie de concreción cristalina” (Pág. 193)

Una pequeña gran joya que hay que leer.

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